jueves, 14 de mayo de 2015

Tranvía

TRANVÍAS

Aunque los tranvías, pronto fueron eléctricos, al principio eran movidos por caballerías 


o rudimentarias máquinas de vapor.


El siguiente ejemplar, es un farol del interior de un tranvía de Southampton Tramways.


El combustible petroleo o aceite.


El  interior está cubierto de material reflector.



En "attelage-patrimoine", entre otras cosas interesantes, se recoge esta fotografía de los medios de transporte públicos ingleses, donde se puede observar este tipo de lámpara en la parte superior de la puerta.





sábado, 31 de enero de 2015

Automovil

LOS CARRUAJES

Los primeros coches estaban tirados por caballerías y sus luces solían ser a base de velas y más raramente de aceite o petroleo.


Los primeros automóviles, eran carruajes con motor. 


Hoy en día aún se conservan elementos de aquellos carruajes, como el denominado salpicadero. Los coches de caballos, como los primeros automóviles, llevaban luces poco potentes a base de faroles. Dichos faroles habrían aparecido en el siglo XVIII diversificándose en sus formas (cuadrado, redondo, cilíndrico, rectangular...) o en los vidrios (redondos, cuadrados, planos, biselados, abombados...). Aunque también en los combustibles habrá variedad, los faroles más comunes son aquellos en los que una vela, alojada en el mango cilíndrico, era empujada por un resorte a la vez que la cera se iba consumiendo. Estas lámparas podían ser de interior o de exterior.

FAROLES DE CARRUAJE

FAURAX


Aunque todos tienen una serie de características tal como se recoge en el enlace de "attelage-patrimoine", existe una gran variedad de formas y tamaños, tal como se ha comentado.


En este caso se trata de un modelo rectangular con chimenea en pagoda. Los cristales son gruesos y están biselados en los bordes y en la propia superficie.


Los reflectores plateados y un muelle embutido en tela, son indicadores de un farol de buena calidad.


El tiro comienza en los agujeros de la parte inferior y asciende por la chimenea, para conseguir una combustión regular y sin humo.


La luz se refleja en los reflectores y se proyecta a través de los cristales. Los primas del biselado son de cuestionable utilidad óptica pero de gran efecto estético.


En algunos ejemplares, la marca del fabricante está en el quemador. Este es el caso de este farol, donde un león rampante porta una luz y al pie se puede leer FAURAX. La casa Faurax fue fabricante de coches de caballos, en París y posteriormente en Lyon. Finalmente serían importantes carroceros de automóviles.


LOS AUTOMÓVILES


Pronto, los automóviles se vuelven más potentes y veloces. Las luces han de aumentar su intensidad y la electricidad aún no procura una iluminación fiable. Según algunos autores un coche tendría dos faros de acetileno:


Dos lámparas laterales (de petroleo o gasolina) y un proyector de acetileno:


Una lámpara trasera de aceite o petroleo:


Un plafón, luz interior en el techo. De gas acetileno:


Bueno, esto es la teoría, la realidad es que los primeros coches venían sin luces y se ponían según las necesidades y las posibilidades del dueño. Algunos iban sobre equipados y otros llevaban un faro que durante el día se metía en el maletero.

LUCES LATERALES

AUTEROCHE



Se trata de lámparas de pequeño tamaño y más que alumbrar marcaban el galibo del vehículo. Eran de muy diferentes formas, como en el caso de este pequeño farol de la marca Auteroche fabricado para situarse en el lado izquierdo del parabrisas.


Dos de sus caras están acristaladas. Un cristal incoloro para  el frente y otro listado en azul para el lateral. Un vidrio facetado, de color rojo, y la marca Auteroche en el flanco trasero y el anclaje para el parabrisas en el lateral interno.


El quemador lo constituye una bujía de gasolina. Probablemente se trate de la 34 de la casa Pigeon. Es notable el parecido que se observa con las bujías de los motores de gasolina. En este caso, al girar la porcelana, la mecha se eleva o se retrae. La casa Auteroche ha fabricado ópticas de automóvil hasta la actualidad.


GENIES


Otro modelo algo mayor. El ejemplar del lado derecho.

Un pequeño foco con un reflector y una lente condensadora.

En la parte de la chimenea la etiqueta de Géniès, París.


Este modelo aparece en un catálogo de 1922.


La fuente de luz es también una bujía de gasolina, similar a la anterior.



LUCES TRASERAS

OLFIELD


Aunque las luces rojas traseras no fueron obligatorias hasta los años 20 del siglo pasado, Oldfield patentó un modelo en 1904:



La patente se refiere a un sistema de suspensión para la candileja del farol. Dicho sistema permite que la llama no se apague a pesar de los baches:


Por lo demás, se trata de una linterna con un vidrio rojo al frente y dos blancos a los lados:


El vidrio rojo (biselado en este caso), señalaría la parte trasera del vehículo, una de las ventanas laterales iluminaría la matrícula y la otra la cuneta. Esto último permitiría al conductor saber si la luz sigue encendida o no.


Como se puede observar en el apartado de bomberos, este tipo de lámparas fueron usadas por los vehículos de Merryweather:


Puesto que las lámparas de los vehículos de Merryweather solían llevar la marca de esta fábrica, este ejemplar debió de pertenecer a un vehículo normal.

FAROS

Aunque los faros han utilizado diversos combustibles, antes de ser eléctricos, el acetileno, solo o mezclado, ha sido la primera solución para una iluminación adecuada a la conducción nocturna. Repasemos lo recogido en los principios del alumbrado:


En el caso del dibujo, vemos el esquema de un candil de carburo. Un depósito con el producto químico denominado carburo y encima otro recipiente con agua. El agua gotea sobre el carburo y se produce el acetileno. Ese acetileno se puede quemar en el mismo aparato o llevar por tubos hasta otros puntos. Hay una tercera posibilidad: el acetileno se genera en una fábrica y se distribuye en envases.

EL ACETILENO DISUELTO

Como se puede observar en el capítulo dedicado a iluminación de bomberos, el acetileno se puede almacenar en bombonas a presión. Sin embargo, es tan explosivo que esos envases han de estar llenos de un material poroso empapado en acetona. La acetona disuelve el acetileno y lo vuelve estable.


Los envases podían ser de distintas formas y marcas.


Con válvulas y reguladores por donde salía el gas.


Gas que iría hasta las boquillas situadas en los faros o reflectores.



LOS GENERADORES DE ACETILENO

Los generadores de acetileno, producen el gas, que irá por tubos a la boquillas de los faros y reflectores. Algunos son muy similares a un candil de carburo como es el caso de este ejemplar, perteneciente a un coche modesto o puede que a una moto:




Otros, tienen mayor tamaño y el agua penetra en el carburo por capilaridades y presiones, tienen varias válvulas que atienden a distintas líneas de gas:


A. DENICH


En la fotografía se ve el despiece del ejemplar de la colección:



 Montado sería un prisma fabricado en latón:


Un coche de cobre, con la marca: "Phares Adenich":


 Dos grifos distribuirían el acetileno a sendas conducciones.

FAROS AUTOGENERADORES

La idea es la más básica de todas, son faroles o lámparas que generan su propio acetileno. Sería el caso de los propios candiles de carburo y todos los carburos de bicicleta. Por poner dos ejemplos. Lo que hace distintos a los faros de automóviles es que son aparatos de gran potencia. 


Practicamente todas las marcas fabricaron faros autogeneradores. Este es el caso del dibujo perteneciente al catálogo de la casa francesa BRC.


Tal como se ha comentado, un depósito con agua que cae al carburo por un grifo. Se produce acetileno y se quema en la boquilla, produciendo luz.

ÓPTICAS CON CONDUCCIÓN DE ACETILENO

BESNARD


Los franceses llaman faces a los faros alimentados por acetileno, bien sea por un generador o por una bombona de acetileno disuelto. Tomaremos como ejemplo el faro presentado en el apartado de bomberos.


El gas llega a la boquilla por un tubo, allí se quema produciendo una llama muy luminosa. La luz producida se proyecta en un espejo tipo mangin situado en el fondo.


La puerta también posee un reflector metálico plateado.


Este modelo fue fabricado por la casa Besnard.

PROYECTORES

BLERIOT


Cuando las condiciones de la carretera eran duras, la velocidad grande o se trataba de carreras, raids, expediciones o salvamentos, se imponía una luz direccional de gran potencia.


La luz se proyecta en un espejo mangin, el cristal del frente está en tiras, para que resista los cambios de temperatura.


Un sistema de ejes para poder dirigir la luz según las necesidades.


Un asa para dirigir el foco.


La marca Bleriot. Uno de los puntos más interesantes de esta pieza. Bleriot, fue un excelente diseñador y constructor de lámparas para automóviles pero, con el tiempo, se puso a diseñar aviones. Pilotando su propio prototipo, cruzó el Canal de la Mancha. Fue el primero en hacerlo volando. Con el tiempo, formaría la que se considera primera compañía de fabricación aeronautica.

FAROS AUTOGENERADORES

B.R.C


Como se comentó con anterioridad, este tipo de faros lleva el generador incorporado.


Un aspecto un poco aparatoso pero compacto. La  llama se proyecta en el fondo del faro, que tiene forma parabólica y es de metal plateado y se condensa en la lente biconvexa .


El cilindro bajo el farol es el deposito del carburo, el generador.


La marca es BRC, modelo 10, lenticular, parabólico (por la forma de gestionar la luz) y el generador se denomina Alpha.


PLAFÓN INTERIOR DE ACETILENO

POSIBLE JBH


Aunque, la mayor parte de las marcas fabricaron plafones, no suelen ser frecuentes. El ejemplar es similar a muchos otros y no tiene marca.


Sin embargo, tanto por dónde ha aparecido, como por su forma, es muy probable que sea de la marca española, fabricada en Barcelona JBH (Biosca Hermanos).


Así aparece en esta lámina catálogo de 1928. Esta casa, fabricó faros, ya eléctricos, durante muchos años.


El farol iría empotrado dentro del coche, en el techo de éste.


Estaría conectada por un tubo, desde la fuente de acetileno y la chimenea saldría por encima del techo. Estas chimeneas no suelen ser comunes en el techo de los automóviles pero sí en el caso de los vagones de ferrocarril. Durante el siglo XIX y principios del XX, donde las lámparas de iluminación eran de llama.